La psicoterapia que te ofrezco es un espacio de encuentro y cuidado de ti. En un entorno confortable, cálido y de confidencialidad te invito a un laboratorio sobre ti para poder ir descubriendo a tu ritmo aquellos aspectos de tu vida que te incomodan, que necesitas ordenar, explorar o nombrar por primera vez.
Podríamos decir que el mapa de exploración que te propongo tiene 3 ejes. Un eje vertical, en el que el protagonista es el cuerpo, lo que sientes, lo que te pasa en la vida lo vivimos en el cuerpo, encarnamos el dolor y el gozo en el cuerpo, y es mediante la práctica corporal que podemos ir afinando esta hermosa herramienta que nos acompañará toda la vida. En el cuerpo vivimos, respiramos, sentimos, digerimos, y hay mapas y herramientas que nos permiten enraizarnos en él, apropiarnos de la vivencia. La bioenergética, las meditaciones dinámicas y el continuum de conciencia del dar-se cuenta nos permiten habitarnos y sentir como me siento, como hilo conductor para deshilvanar la madeja de tu cotidianeidad.
En el eje horizontal esta el dominio del nosotros, de lo vincular, de aquello que nos mueve. Las relaciones afectivas, el trabajo, los amigos y también los sueños y los anhelos, o la falta de ellos. Tu dimensión íntima y tu dimensión social. Cómo te mueves en el grupo, en tu vida profesional, que facilidades o frustraciones arrastras, una manera de ordenarte.
El tercer eje, lo podemos nombrar como el que nos da profundidad, el pasado, el presente, el futuro. Las relaciones parentales y la familia, la historia familiar, los ancestros, los hijos. Estaríamos en el plano de donde vengo y a donde voy. Cual es tu brújula, la raíz que te nutre (ojalá) y los frutos que te gustaría dar.
En estos tres ejes de exploración el centro eres tú, lo que te pasa, como lo vives, hasta donde quieras indagar, investigar, ordenar, limpiar, resignificar.
Hay tantas razones para acudir a Terapia como personas en el mundo. Muchas personas acuden a consulta dudando de si deberían venir o no, si su problema tiene suficiente importancia o tendrá solución. Para mi es razón suficiente, al margen del origen del problema, el estarlo pasando mal. Es decir, acuden a terapia las personas que sufren y lo pasan mal y no saben cómo salir de la situación que les causa malestar.
En ocasiones, la persona que viene a terapia tiene claro cuál es su problema: ansiedad, agresividad, problemas de pareja, timidez, miedo a hablar en público, depresión…
Pero otras veces, el problema es mas difuso o generalizado: malestar, insatisfacción en la vida, falta de ilusión, falta de amor o de pareja, la sexualidad…
También puede ser que la persona atraviese un momento difícil en su vida y venga buscando apoyo, orientación: muerte de un ser querido, enfermedad propia o de un familiar, jubilación o despido, cambio de lugar de residencia, separación o divorcio, etc…
Cuando la sexualidad o la intimidad no es satisfactoria, por vergüenza, por mecánica, por excesivamente intensa o por que ya no forma parte de tu vida. La sexualidad es también una buena manera de empezar un proceso terapéutico.
Tener un espacio semanal para ti, donde tengas alguien que te acompaña, es un lujo que significa cuidarse. Tomar conciencia y tomar distancia de poder decidir qué es lo que te viene mejor y no tener respuestas tan automáticas.
Para contactar con el dolor, si te cuesta mucho contactar, la taerapia puede ser un espacio de libertad, de intimidad, de confianza.
Es un viaje de autodescubrimiento y una excusa para mirar hacia dentro y ordenar aquellas cosas pendientes en las relaciones, en lo socia y laboral o con nosotros mismos.
A tener más herramientas para poder llevar situaciones de la vida diferente de cómo las llevabas, cambiar algún hábito o gestionar mejor estrés o ansiedad
Para tomar conciencia de tus patrones y hábitos de relación, tomar conciencia de quien eres, p.e si eres muy emocional, desidentificarte de la vorágine emocional. Si eres muy obsesivo, maneras de gestionarlo de mejor manera.
Gestionar mejor las emociones o mejorar la autoestima, La autenticidad y la empatía te permiten aprender a mostrar tú singularidad, en confianza mostrando lo que eres, siendo sostenido desde el respeto.
“El descenso a los infiernos es el viaje hacia las partes de nosotros mismos que están separadas, repudiadas, que son desconocidas, no deseadas, proscritas y exiliadas en los diferentes mundos subterráneos de la conciencia. El objetivo de este viaje, la terapia, es reunirnos con nosotros mismos, esta vuelta a casa puede ser sorprendentemente dolorosa, incluso brutal, para realizarla primero debemos aceptar no exiliar nada” Stephen Cope
Aumentar tu capacidad de escucha, de observación, de responsabilizarte de tu vida y deshacer patrones de cómo vives que no te hacen bien.
Puede durar desde algunas sesiones, 1 año a 5 años, depende del nivel de profundidad que quieras darle, de la necesidad y circunstancias de cada persona